lunes, 29 de febrero de 2016

Arias quiere enterrar al Figuerismo

Hace unas semanas escribí una columna que titulé: “Figueres vs Arias vs Figueres”. En aquella ocasión, sin que seamos pitonisos o algo por el estilo, hacíamos mención de la intención de Óscar Arias Sánchez de aspirar a una candidatura y por ende a una tercera presidencia de la República.
El tiempo, poco a poco, nos va ir dando la razón. Se trata de una idea que encierra la última batalla entre el arismo y el figuerismo, es decir, simbólicamente no es poca cosa; tal y como manifestamos en aquel momento: don Pepe Figueres nunca tuvo al estandarte de la derecha costarricense como un santo de su devoción.
Desgraciadamente no hay santo en que persignarse. En efecto, el figuerismo tradicional, el del Estado de Bienestar y el que logró desarrollar una gran clase media rural y urbana ya no tiene quién lo defienda a lo interno del Partido Liberación Nacional; en otras palabras, José María Figueres Olsen no representa a su padre.
No obstante lo anterior y ante la disyuntiva de elegir entre Óscar Arias y José María Figueres, la razón se inclina por el menos malo. Infelizmente los liderazgos a lo interno de esa agrupación política han venido a menos y estamos en presencia de un proceso de reciclamiento auspiciado por la Jurisdicción Constitucional costarricense.
En la actualidad y también en el pasado, la Sala Constitucional se ha convertido en un reformador de la norma fundamental. En efecto, con base en una interpretación total y completamente arbitraria, los Magistrados permitieron que la prohibición a la reelección que se había dado en el siglo pasado fuera declarada inconstitucional.
Toda esta argucia jurídica abrió la posibilidad para que personajes como Óscar Arias, puedan aspirar nuevamente a la Presidencia de la República. Por ello resulta una pantomima que los medios de comunicación colectiva consignen como una noticia que el citado señor está pensando si aspira o no a ser candidato presidencial.
Lo paradójico es que la elección a lo interno del Partido Liberación Nacional va a determinar la hegemonía del Arismo o del Figuerismo. Aunque ninguno de los dos sectores son afines a la ideología de Figueres Ferrer, se debe reconocer que la ideología es lo que menos determina la existencia de un grupo a lo interno de un partido político.
Veremos que sucederá y aunque nuestros temores poco a poco se han ido haciendo realidad, siempre recordamos lo que Max Weber nos decía:
“La cátedra no es para los profetas ni para los políticos”

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