lunes, 7 de marzo de 2016

Otto Guevara: ¡Siga así, por favor!

Esperemos que Otto Guevara continúe haciendo de las suyas en la Asamblea Legislativa. Digo lo anterior porque de esa manera se evidencia la clase de demagogo que es este individuo y la condición de testaferro que tiene en relación con ciertos sectores económicos que no les interesa el bienestar del país.
En todos estos años como político de la derecha costarricense hay gente que ha creído su discurso maniqueo. Tomando como base uno de los valores más relevantes para los seres humanos, ha pregonado una serie de frases hechas que suenan bonito al oído pero que en la realidad sirve para esconder los intereses que protege y defiende.
El politiquillo este lo único que ha hecho es utilizar la estructura partidaria para ser el eterno diputado y el Máximo Fernández de esta época. Da vergüenza que una elección sí y otra también, aparezca como candidato presidencial y de paso también a diputado por eso que llaman Movimiento Libertario. ¡Da pena, pero más pena da las personas que votan por este individuo!
Su paso por los debates presidenciales nunca ha sido irrelevante para lograr elevar el intercambio de ideas en relación con la realidad nacional. Su discurso en contra de cualquier tipo de impuesto y su ataque permanente a la institucionalidad del Estado, se ha convertido en un disco rayado que genera hastío y desazón entre la población.
Lo mismo ocurre con su paso por la Asamblea Legislativa. Por ejemplo, todo el problema que se ha generado con lo que se ha denominado “Porteadores”, se debe a una ocurrencia jurídica de este señor y su partido político; en otras palabras, se trata de un diputado que se ha especializado por entrabar el proyectos legislativos que no favorecen a los grupos económicos de los que es testaferro.
Otto Guevara es un político desgastado y la esperanza es que siga al frente del Movimiento Libertario para que esta agrupación política desaparezca definitivamente. Aunque no hay una relación directa con las elecciones municipales, el descalabro de ese partido político en ese proceso electoral puede ser el presagio de una crónica de una muerte anunciada.
Y es que no se puede olvidar el proceso judicial que tiene pendiente algunos miembros del Movimiento Libertario por la acusación incoada por el Tribunal Supremo de Elecciones. Aunque aparecen como imputados funcionarios de segundo nivel, todos sabemos que en ese tipo decisiones es muy difícil que sean adoptadas sin el conocimiento de los órganos de decisión del partido.
En síntesis, ojalá que Otto Guevara se termine de retratar ante el pueblo costarricense. Con ello se tiene la esperanza que las personas terminen de sepultarlo a él y a su partido político en las elecciones de 2018, es decir, prácticamente, un siglo después que Máximo Fernández dejó la política, la esperanza es que ocurra lo mismo con Otto Guevara Guth y su partido político. ¡La esperanza es lo último que se pierde!

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