lunes, 28 de agosto de 2017

¡La corrupción campea en la obra pública!

Desde que la obra pública la hace la empresa privada, nos hemos acostumbrado a soportar las obras mal hechas. La última es lo que ha sucedido con la inundación de un sector de la calle recién inaugurada entre Chilamate y Vuelta Kooper, se trata de un problema que es una vergüenza para cualquier ingeniero de este país.
Ya lo hemos dicho en otras ocasiones, la mayor corrupción se encuentra en la construcción de la obra pública. Ya son muchos años de estar observando una serie de obras que evidencian problemas de construcción al mismo tiempo que son abiertas al público. No hay que ir muy largo en el tiempo, aparte del caso que hemos señalado, es increíble lo que ha pasado con el trabajo realizado en la rotonda de Paso Ancho.
La corrupción se expresa en el deterioro prematuro de la obra, casi siempre, por el uso de materiales de mala calidad o por el ahorro de los mismos. Ya nos hemos acostumbrado a las obras que pronto muestran agrietamientos en el asfalto o cemento. Uno supondría que los materiales utilizados deben ser sometidos a pruebas de resistencia, sin embargo, casi nunca las personas nos enteramos sobre ese tipo de aspectos.
Bueno, nos enteramos, hasta que el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (LANAMME) de la Universidad de Costa Rica, sale a la prensa a decirlo o a manifestar que ya habían hecho advertencias al respecto. En efecto, ha sido el LANAMME la instancia que un día sí y otro también, denuncia las inconsistencias que realizan las empresas privadas contratadas por el gobierno de turno para ejecutar la obra pública.
Lo peor de todo es que se hacen las denuncias y no pasa nada. Todos estamos observando los errores que cuestan millones de dólares y las personas responsables, privadas o públicas, siguen haciendo de las suyas. Las empresas que tienen a su cargo la obra pública un pequeño grupo, empero, los politiquillos que nos han gobernado desde el Poder Legislativo y Ejecutivo han revestido de impunidad a estas personas.
La contratación y concesión de obra pública es el medio que se ha utilizado para aprovecharse del erario público. La trocha fronteriza, el puente de la platina, el mantenimiento de las vías públicas y un largo etcétera, son parte de los múltiples ejemplos que muestran una infinidad de tipos penales que han quedado en la más absoluta impunidad.
El problema no solo se ha dado en la administración pública centralizada, sino también en los entes y órganos descentralizados. Resulta horroroso observar como funcionarios municipales, sin ninguna necesidad, cortan una calle, remueven el asfalto y acto seguido, vuelven a asfaltar la calle previamente cortada; en otras palabras, se trata de un proceder que va en contra de toda lógica y lo único que da para pensar es que hay algo raro en semejante acción.
Lo voy a decir fuerte y claro, los órganos de control administrativo, financiero y judicial de este país no están funcionando. Me atrevo a manifestar que tampoco los medios de comunicación están cumpliendo con la supuesta función de denuncia que se arrogan unilateralmente, es decir, los ciudadanos estamos en la más absoluta orfandad; la impunidad con que funcionan estos grupos resulta, francamente, intolerable en cualquier sociedad que quiera progresar y desarrollarse.
La corrupción alrededor de la obra pública concierne no solo a los funcionarios públicos, también es atinente a las personas que se mueven en el sector privado. No se requiere ser muy observador e inteligente para darse cuenta que en esta actividad hay un aprovechamiento de los recursos públicos que no beneficia a la colectividad; dicho en palabras sencillas, en la obra pública está la gallina de los huevos de oro de los corruptos.
La cosa es tan lucrativa y buen negocio, que ahora se está intentando incidir en los materiales de construcción. En efecto, lo que se procura es que se compre y utilice materiales cuya calidad deja mucho que desear; sin embargo, el control de calidad que se pueda hacer, se diluye en el tiempo y eso genera una mayor impunidad para los involucrados en este tipo de negocios.
En fin… lo que se observa en esta materia da asco. ¡No podemos seguir así!

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