lunes, 14 de agosto de 2017

La batalla por los impuestos está pronta

Nuevamente se aproxima una coyuntura en que se va a decidir a qué grupos les tocará pagar los impuestos para, nuevamente, resolver un problema de déficit fiscal. Desde que tengo memoria recuerdo este tipo de situaciones y los hechos revelan que las decisiones se han inclinado para que paguen los grupos con menos poder adquisitivo.
Para no ir muy atrás en el almanaque, recuerdo como si fuera hoy, la situación que se presentó en 1991. En aquella ocasión el Presidente era Rafael Ángel Calderón Fournier y el Ministro de Hacienda Thelmo Vargas, ambos de una supuesta afiliación ideológica social cristiana; sin embargo, los hechos mostraron que abogaron por políticas fiscales de carácter regresivo, es decir, por establecer impuestos indirectos, reducir la inversión social y no hacer nada en relación con los que nunca han pagado de acuerdo a su poder adquisitivo.
En aquella ocasión el gran enfrentamiento se desarrolló entre el Gobierno y las Universidades Públicas. Hubo marchas y protestas porque el Ministro Vargas quería reducir significativamente el presupuesto en educación que, de por sí, ya había sido restringido en el gobierno 1986-1990 de Óscar Arias Sánchez. El pulso terminó con la renuncia del Ministro de Hacienda y con un acuerdo con el que la mayoría de las personas no estuvimos de acuerdo, especialmente, después de la marcha que se había dado para apoyar a los Rectores de las universidades estatales.
Cuatro años después, en el gobierno de José María Figueres, otra vez se presentó un conflicto porque se pretendía cerrar varias instituciones estatales y reformar el régimen de pensiones del Magisterio Nacional. En aquella ocasión, le correspondió no solo a las universidades estatales sino a los diferentes sindicatos de educadores e institucionales, lir a la calle para intentar evitar semejantes despropósitos; no lograron su cometido con instituciones como el IFAM, CONICIT, CNP, DINADECO, pero sí en relación con la reforma al Régimen de Pensiones.
Hubo que salir a protestar contra las ideas de muchos que ahora están, otra vez, tratando de volver al gobierno con el Partido Liberación Nacional. Las ideas social demócratas en ese partido ya no existen y lo único que queda es el nombre como instrumento de engaño para tratar de aparentar lo que no son. Esta estratagema no es exclusiva de ese partido político, en menor o mayor medida la mayoría de partidos de este país, incurren en un engaño sistemático hacia el electorado en relación con su planteamiento ideológico.
El siguiente conflicto fue en el gobierno de Miguel Ángel Rodríguez Echeverría por el denominado Combo del ICE. Otra vez hubo que lanzarse a la calle y manifestarse en contra de la idea de vender a esta institución al mejor postor, recuerdo que los trabajadores del ICE y de las universidades estatales se unieron para luchar contra esta política de vender instituciones estatales para, nuevamente, solventar los problemas fiscales que un gobierno lleno de economistas decía tener.
El punto es que siempre toman como caballo de batalla la idea de un gasto excesivo de las instituciones del Estado como causa del problema fiscal. Se trata de una mentira que ha logrado calar en la ciudadanía, ya que después de repetirla comienza a ser considerada como verdad; en otras palabras, el problema que estamos viviendo en la actualidad no es nada nuevo, se trata de una situación en la que su resolución dependerá de la capacidad de movilización de los diferentes grupos de la sociedad.
La siguiente gran movilización se realizó con el tema del Tratado de Libre Comercio entre Costa Rica y los Estados Unidos. Todos sabemos lo que pasó a nivel mediático y como, nuevamente, unos pocos se salieron con la suya. Los más inocentes están esperando los BMW y el pleno empleo que ofrecieron los que apoyaron ese tratado de comercio internacional.
Como se puede observar, son procesos cíclicos y por eso lo que se viene no debería sorprender a nadie. El tema fiscal es una lucha por establecer a qué grupo o grupos,  le tocará pagar los impuestos para solventar el problema; en otras palabras, se trata de una batalla en una guerra continuada por determinar a quiénes les toca cargar con este tipo de lastre.
Nuevamente, sin lugar a dudas, se querrá que los impuestos indirectos o regresivos sean los que prevalezcan. El impuesto de ventas será el que primero que intentarán subir por el impacto que tiene en la recaudación, en cambio, el impuesto sobre la renta no será tocados porque el cuento es que tiene un impacto mínimo en la recaudación. Cualquiera que saque un poco de tiempo para estudiar las situaciones que se dieron en el pasado, convendrá con nosotros que esto es un pulso entre los diferentes grupos que integramos la sociedad costarricense y la batalla será ganada quien tenga mayor fuerza en el momento oportuno.
¡Prepárense para la batalla! ¡Ahhh, pero no crean que será en este gobierno! ¡Al buen entendedor, pocas palabras!.

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