lunes, 1 de junio de 2015

¿Quién o quiénes hicieron la inseminación artificial?

La noticia relevante no es que hayan nacido seis neonatos sino el averiguar quién o quiénes hicieron mal el procedimiento de inseminación artificial y cuánto cobraron por semejante mal praxis. Desde el inicio de este artículo he de dejar claro, que respeto y me solidarizo con la pareja y la familia que ha enfrentado esta situación, estoy a favor de la inseminación artificial y de la fecundación in vitro, siempre y cuando se hagan de conformidad con los protocolos y procedimientos establecidos para estos efectos.
Llevamos varios días escuchando sobre la situación que se ha presentado en relación con el nacimiento de estos seres humanos, pero los medios de comunicación, como siempre, dejan suelto un cabo relevante de este asunto. Lo que se ha dado en este caso es una evidente mal praxis del procedimiento de inseminación artificial y los periodistas no han hecho nada por indagar quién o quiénes provocaron este hecho.
La inseminación artificial se define como el procedimiento para hacer llegar el semen al óvulo empleando técnicas adecuadas. Evidentemente, en este  y en otros casos que hemos podido observar, las técnicas que se emplearon no son las adecuadas; lo que se espera cuando se realiza correctamente la inseminación artificial, es que se fecunde un óvulo y que haya un solo nacimiento.
Cuando se da la fecundación de más de un óvulo, estamos frente a una mala praxis y ello no tiene nada que ver con ningún designio divino. Con todo respeto para los creyentes y para que nos entendamos, el hecho que se fecunden varios óvulos con el semen inseminado, no es porque Dios lo quiso así; por el contrario, se trata de un fallo humano. ¡Humano, demasiado humano! como diría Nietszche.
Tan humano y terrenal, que hubo una o varias personas que cobraron por hacer mal su trabajo y, a pesar de eso, siguen en el anonimato porque, al parecer, a nadie le interesa saber quién o quiénes son estas personas. Se ha preferido poner los focos, únicamente, sobre una parte del escenario, dejando en la oscuridad la parte donde se generó todo este drama humano.
¿Por qué son tan pusilánimes unos, varios o muchos periodistas? ¿Qué impide a estas personas, dedicadas a tan noble profesión, discernir lo importante de lo superfluo? A veces uno se pregunta si es por incompetencia o si se trata de directrices que vienen de los directores de medios o de los propios dueños de las empresas de comunicación. Siempre trato de no generalizar o, al menos, indicar que no todos actúan de esta manera; pero, sinceramente, a veces, no hay cara en que persignarse.
Ahhh! Y que no salgan diciendo que se trata de un asunto de la esfera privada de las personas. Casualmente, lo que han informado son aspectos que atañen más a lo privado de las personas, en cambio, lo público, lo relacionado con la mal praxis y sus responsables: ¡silencio!
La única instancia que se ha dado cuenta de la gravedad de lo que ha pasado, pareciera, es el Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica. Se supone que han iniciado un proceso de investigación, ya que están preocupados por la proliferación del número de embarazos múltiples que se han venido dando; sin embargo, sin desmeritar dicho esfuerzo, el sentido común manda que es conveniente una investigación de instancias que no estén vinculadas con los propios médicos.
El tema de la inseminación artificial y de la fecundación in vitro son demasiado importantes como para dejarlo en manos solo de los médicos. Todavía peor si lo delegamos en los diputados y más “pior” si queda a expensas de diputados fanáticos, que consideran este asunto desde una ideología religiosa basada en dogmas que ni ellos mismos comprenden.
Uno de los aspectos que nos va tocar analizar y normar en el siglo XXI, son las diferentes técnicas relacionadas con la vida de los seres humanos. Desde aquellas que tienen relación con el inicio de la vida, hasta aquellas vinculadas con su final; la clonación de seres humanos junto con la creación de órganos artificiales, estarán dentro de los temas que el debate filosófico, ético, político, jurídico, médico y claro está, religioso, deberán de considerar.
Pero, mientras eso sucede, es necesario evitar que haya irresponsables lucrando por hacer procedimientos de inseminación artificial incorrectos. Lo ideal es que estos hechos no queden impunes y que al menos conozcamos quiénes son, para que las personas no se vean sometidas a estos procesos que se vuelven traumáticos y dolorosos para todos.

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