lunes, 20 de octubre de 2014

¿Hay empresarios responsables que pagan sus tributos?

El tema de los impuestos se ha vuelto complicado, especialmente, porque hay algunos empresarios que no están dispuestos a pagarlos o simplemente buscan como evadirlos. Esta es la impresión que se tiene cada vez que se toca este tema en la Asamblea Legislativa y se observa a los lacayos haciendo todo lo posible para que no se reforme la estructura tributaria regresiva que existe en Costa Rica.
No obstante y a pesar de ello, hay empresarios que no están en contra de pagar impuestos, tampoco se resisten a tener un sistema tributario progresivo. Están dispuestos a promover una sociedad más equitativa y en robustecer los mecanismos de solidaridad social, ya que esto es necesario para tener un costarricense mejor preparado para enfrentar los retos del siglo XXI.
Incluso hay empresarios dispuestos a pagar impuestos directos, pero que exigen que el Estado ponga en cintura a sus colegas evasores. No se vale que haya empresas que cumplen religiosamente sus obligaciones tributarias y que otras no lo hagan o que esa situación les permita tener ventajas en relación con sus similares.
Ello genera un desequilibrio que repercute en la ética empresarial, ya que la ineptitud del Estado en el cobro de impuestos favorece a unos y perjudica a otros. En otras palabras, el problema perjudica a todos desde diferentes aristas y en eso hay que tener una visión de conjunto para emitir una política tributaria que corrija todas las irregularidades que se han venido dando desde siempre.
No es conveniente que haya empresarios que siempre han honrado sus responsabilidades con la Caja Costarricense del Seguro Social, y por el contrario, hayan empresas que no solo incumplen sus obligaciones sino que, incluso, se dejan el dinero de las cuotas de sus trabajadores. Estas y otras situaciones son las que desmotivan a los empresarios responsables y que no tienen problema en pagar sus obligaciones para con el Estado.
Hay empresarios dispuestos a pagar impuestos, sin embargo, el Estado tiene que cumplir con su parte del trato. Para empezar tiene que poner en cintura a los empresarios evasores, a los que no pagan la seguridad social, a los que por medio de tácticas jurídicas y contables, realizan competencia desleal e inducen distorsiones en el mercado de bienes y servicios.
Los funcionarios gubernamentales tienen que cumplir con sus obligaciones, de lo contrario, los buenos empresarios y el pueblo en general, tenderán a considerar legítimo el desconocimiento de sus obligaciones tributarias. Decía Cesare Beccaria en materia penal, que es mejor que haya sanción, aunque sea pequeña, a que haya impunidad y los posibles infractores crean que sus acciones quedarán por siempre sin sanción.
Desde la izquierda hay la tendencia a valorar negativamente a todos los empresarios. Sin embargo, hay personas que han logrado crear y desarrollar una empresa con mucho trabajo y sacrificio, le dan empleo a muchas personas y tratan bien, patrimonial y socialmente a sus empleados; dicho en otras palabras, no todos los empresarios costarricenses se pueden denominar, como algunos pretenden, capitalistas, explotadores y otro tipo de adjetivos negativos.
A la pregunta que hacemos en el título se puede responder afirmativamente. No obstante, ello debe llevarnos, como sucede en otros países, a respetar a los que sí cumplen con la hacienda pública y a señalar a los que procuran evadir sus obligaciones tributarias. Se suele generalizar los aspectos negativos y se desconoce el esfuerzo que realizan muchos para el crecimiento económico del país, no todos se comportan de la misma manera.
Si queremos que este país avance debemos pagar y aumentar la carga tributaria. Lo que pasa y aquí se debe ser muy vehemente, eso significa que cada costarricense pague de acuerdo a sus ingresos y no como sucede en la actualidad, que los impuestos recaen en los sectores medios o bajos; en otras palabras, es necesario revertir la injusticia que se ha dado en materia tributaria.
Basta ya de argumentos retóricos que tratan de esquivar esta responsabilidad diciendo que primero se debe cobrar los impuestos existentes y luego crear nuevos impuestos. Ya hemos visto que cuando se intenta cobrar los tributos, los de siempre, comienzan a asustar con el cuento que ello va generar despidos y la quiebra de las empresas; los empresarios responsables deberían denunciar a los que no quieren honrar sus obligaciones para con el país y no al contrario, pretender seguir las mismas conductas de esos evasores e irresponsables.
Tampoco valen los argumentos que los impuestos directos no son significativos y que por eso, nuevamente, se debe aumentar los impuestos indirectos. Ya los sectores medios y bajos no aguantan subsidiar una serie de incentivos que se le otorga a empresarios que no están dispuestos a pagar sus tributos como la ley lo demanda; si se van a crear nuevos impuestos, es necesario modificar la estructura tributaria de una vez por todas y que cada uno tribute en función de los ingresos que realmente recibe.
Con un sistema progresivo, las instituciones de carácter social no pasarían las calamidades que han pasado en los últimos treinta años. Es curioso que no se hable de recortar incentivos en los sectores que han ganado cualquier cantidad de dinero en los últimos años, sólo se habla de recortar a ciertas instituciones que han sido pilares del crecimiento y de la estabilidad social de este país.
El problema fiscal hay que atenderlo, pero no a costa de los que menos tienen.

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