lunes, 30 de noviembre de 2015

Un preocupante Estado de la Nación: ¿Qué vamos hacer con la inequidad social?

Recientemente tuve ocasión de asistir a la presentación del vigésimo primero Informe del Estado de la Nación. Como una buena parte de la población costarricense conoce, se trata otro de los esfuerzos de las universidades públicas por medio del Consejo Nacional de Rectores (CONARE), para investigar, analizar e informar a la ciudadanía y a las autoridades que están en la toma de decisiones, la situación en la que se encuentra el país en una serie de temas de interés común.
Se trata de un esfuerzo académico que, a lo largo de estos veintiún años, ha demostrado su valor como punto de referencia en relación con el análisis del proceso desarrollo a nivel nacional. A uno le parece que ninguna persona medianamente inteligente se atrevería a poner en duda la utilidad de los informes que año con año este programa del CONARE brinda, sin embargo, para mi sorpresa, hay personas que sí están dispuestos a hacerlo; no estamos hablando de que la información contenida no se pueda criticar de manera fundada, estamos hablando de gente que han estado dispuestas a poner en tela de duda la pertinencia de este esfuerzo por comprender hacia dónde vamos como país.
Y es que se podría hablar de varios temas contenidos en el informe, no obstante, me parece que el capítulo de equidad e integración social es uno de los más relevantes y merece importante puntualizar algunos hallazgos que vienen resaltados allí. Uno de los que más llaman la atención es el de las diferencias entre las personas que se encuentran en la clase alta y los que están en lo que se denomina Medianos Empresarios y Profesionales, ya que los ingresos de quienes se encuentran en la primera, casi duplica a los que se ubican en la segunda.
Evidentemente, para poder comparar estos dos segmentos de la estructuración social que hace el informe, es necesario tener en consideración las diferencias que presentan en la práctica. La clase alta, probablemente, está vinculada a grandes empresas cuyo giro comercial debe estar relacionado con la exportación o importación de bienes y servicios; empero, se trata de actividades en que el pago de impuestos resulta difícil en razón de las exoneraciones fiscales y la posibilidad de no declarar utilidades con base en la manipulación que se puede hacer de la contabilidad empresarial.
Incluso la comparación que se pueda hacer entre grandes y medianas empresas, depende del entorno de cada una de las compañías. No es lo mismo considerar a los exportadores como categoría genérica que establecer distinciones entre los grandes exportadores y aquellos empresarios que requieren de la ayuda del Estado (incentivos) para realizar de manera exitosa su actividad.
Los estimables lectores pueden consultar el informe y verificar los datos que se brindan respecto a las otras clases de la estructura social dispuesta por los autores del informe. Empero, la conclusión general establece que se ha venido dando una diferenciación en el ingreso promedio y que ello ha producido una mayor inequidad social. El problema de fondo es: ¿Qué vamos hacer con el creciente número de personas que no tienen estudios y que no se pueden insertar en un modelo que desecha la mano de obra no calificada?

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