lunes, 26 de diciembre de 2016

Lo de La Nación y Teletica es impresentable

Al leer en estas semanas atrás lo que ha ocurrido con el Grupo Nación y Televisora de Costa Rica, pensaba que en otros artículos ya nos habíamos referido a las acciones de estas y otras empresas. En ese sentido, para nada, estamos tratando un fenómeno nuevo; al contrario, ya nosotros y otros estimables articulistas han puesto el grito en el cielo con esta situación, sin embargo, la gente está en otras, no pasa nada y los que no pagan impuestos felices.
Por ejemplo, hace más de un año, en un artículo de agosto de 2015, escribimos lo siguiente:
“ (…) Ahora bien, el problema de fondo y este es el aspecto medular de la cuestión, es que la carga tributaria de Costa Rica está sobre los hombros de los trabajadores y de los que menos tienen. Lo está porque hay empresarios, profesionales liberales y una serie de actividades que no pagan los tributos que tienen la obligación de pagar; dicho de manera clara y simple: ¡Los que más tienen no pagan los impuestos que deben pagar!
Muchas empresas y sus accionistas, escudados en sociedades anónimas que reportan un balance anual con pérdidas o ganancias paupérrimas, no pagan un cinco del impuesto a las utilidades o dividendos generados por sus empresas. Una buena cantidad de estos empresarios que despotrican contra los trabajadores, por ejemplo, andan solicitando facturas en las gasolineras para pasar el gasto en gasolina de su vehículo particular, como un gasto de la empresa.
Contratan escudos fiscales para que estos les facturen compras inexistentes que luego introducen en el balance contable como gastos realizados por la empresa. Ya no se diga de la evasión que realizan con sus cuentas en diferentes países fuera de Costa Rica, paraísos fiscales, en los que mueven grandes cantidades de dinero sin pagar un solo colón al Estado costarricense.
Desgraciadamente estos y otros mecanismos utilizados por estos y otros defraudadores, son de difícil comprensión para el común denominador de los mortales y eso unido al fomento de una sociedad preocupada por lo superfluo, hace que estos personajes hagan de las suyas sin que reciban el reproche de la mayoría de la población.
Y es que, lamentablemente, la clase económica acomodada de Costa Rica se ha acostumbrado a no pagar impuestos y gozar de la más absoluta impunidad. (…)”
Asimismo, en otro artículo de enero de 2016, en relación con la evasión de impuestos expresamos que:
(…) En ese sentido, me parece importante señalar un par de las formas que estos grupos utilizan para evadir al fisco. Obviamente, dadas las limitaciones de espacio de esta columna, únicamente señalaré las más conocidas; empero, sobra decir, que existen muchas otras que se esconden en los diferentes mecanismos financieros que han surgido a lo largo de los años.
El primero tiene que ver con la modificación de los estados contables a la hora de hacer las diferentes declaraciones ante el fisco. Se trata de aquellas prácticas en que una persona jurídica o física, declara pérdidas o ganancias menores con base en la manipulación que se hace de los estados contables; ello es posible porque la Tributación Directa u otros órganos de recaudación, no tiene capacidad para auditar a todas las personas inscritas y menos a las no inscritas conforme a la ley.
La realidad que acabamos de indicar da pie para que se utilicen las más variadas formas para lograr el objetivo de evadir al fisco. Por ejemplo, en muchos lugares donde se brindan servicios profesionales o se venden diferentes bienes sólo aceptan dinero en efectivo, esta práctica permite no contabilizar aquellos ingresos pagados por los clientes a los que no se les entregó factura; es decir, si el ingreso total fue de un millón de colones y las ventas o servicios de los clientes que no retiraron la factura asciende a novecientos mil colones, la declaración al fisco será únicamente por cien mil colones.
Unido a lo anterior, también se suele utilizar los denominados escudos fiscales para justificar contablemente la evasión que se le hace al fisco. Los escudos fiscales son sociedades anónimas u otras figuras jurídicas que en realidad no prestan ningún servicio o producen ningún bien, aunque sí tienen una existencia jurídica y en ese tanto tienen la capacidad de emitir facturas a empresas o personas físicas; en palabras sencillas, imaginemos una sociedad anónima cuyo nombre legal es “La computadora feliz S. A.” y que realizó los procedimientos para emitir facturas, pues bien, hay empresas, asociaciones, fundaciones y personas físicas que le solicitan a ese escudo fiscal que emita una o varias facturas por concepto de equipo de cómputo y por un monto total, vamos a suponer, de cincuenta millones de colones que van aparecer en la contabilidad como un gasto y en ese tanto, incidirá sobre el balance contable y en el monto que se declarara ante el fisco.
Para que quede más claro. Debido a lo difícil para el fisco de controlar las contabilidades de las diferentes personas jurídicas o físicas, ellas se valen de estos escudos fiscales para justificar contablemente gastos que nunca se dieron en la realidad; es decir, contablemente se consigna un gasto por cincuenta millones de colones y físicamente existen las facturas que justifican aquel gasto, sin embargo, en la realidad, el equipo de cómputo no existe y la tributación no tiene la capacidad para ir a verificar la existencia de esos activos.
Como se observa, el meollo del asunto está en la debilidad que tiene el fisco para controlar a quiénes deben de tributar. Evidentemente ello no sucede con los trabajadores, ya que la mayoría no tiene posibilidad de usar escudos fiscales para justificar el gasto de su salario, se trata de un burro amarrado al que se le capta el tributo en la fuente; en contraste con el tigre suelto, que no solo tiene la posibilidad de aceptar solo efectivo o utilizar escudos fiscales, sino que ahora puede echar mano de otros instrumentos financieros. (…)”
Y más recientemente, en abril de este año, escribimos que:
“ (…) En Costa Rica el no pagar impuestos, al parecer, no es sancionado socialmente. A diferencia de lo que sucede en otras latitudes (Noruega, Suecia, Finlandia, por ejemplo), el no pago de los impuestos no es objeto de rechazo; al contrario, en nuestro país hay una tendencia a promover esta práctica y hasta alabar o mostrar admiración por aquellos que lo hacen y no son sancionados.
Los que no pagan impuestos son los cargas, los vivos, los inteligentes y son las personas que debemos emular. En lugar de ser denunciados y sometidos a una sanción ejemplar, entre bambalinas se suelen poner como el ejemplo a seguir; en esencia, se tiende a justificar el no pago de tributos bajo el argumento que toda la recaudación es para el pago de los salarios de funcionarios públicos. (…)”
Casi todo a lo que hemos hecho referencia, se aplica a los casos de La Nación y de Televisora de Costa Rica. No obstante y a pesar de ello, la gente sigue comprando la basura que venden esos dos medios de comunicación y vuelven la cara ante las omisiones que han hecho ambas empresas en relación con sus obligaciones tributarias.
Todavía causa más cólera escuchar a personeros de estas empresas justificando lo injustificable. Nadie paga más de tres mil seiscientos millones de colones por gusto, evidentemente, en esta ocasión, se han visto obligados a hacerlo; no obstante, no siempre ello ha sido así y ello ha quedado claro para aquellos que quieren ver una realidad que está ahí.
¡No hay peor ciego que el que no quiere ver!

lunes, 19 de diciembre de 2016

¿Usted no sabe quién soy yo?

Lo sucedido con el ciclista Andrey Amador y un policía de tránsito merece un gran aplauso. No obstante, el aplauso no es para ninguno de estos personajes sino para los padres del ciclista; en otras palabras, los que merecen el mayor reconocimiento son el papá y la mamá de un deportista que tuvo la creencia que todo el mundo o, para ser más realistas, todos los costarricenses, tenemos la obligación de reconocerlo y rendirle tributo. ¡Error!
Ojalá que todos los deportistas de este país comprendan que ellos no son más que ningún otro costarricense. Entre estos personajes, pareciera, que la vanidad ocupa un lugar muy importante en sus vidas; se trata de personas que tienen la creencia de un mundo que gira alrededor de ellos, es decir, consideran que son como Luis XIV y que las demás personas debemos adorarlos como si fueran soles indispensables para nuestras vidas. ¡Error!
Normalmente son los futbolistas los que se comportan de este modo, ya que son los que salen más en los medios de comunicación y les pagan más dinero. A lo largo de la historia de ese deporte ha habido infinidad de casos de desubicados que se consideran la mamá de Tarzán y no son ni Chita la mona; sin embargo, que este comportamiento lo tenga un ciclista resulta toda una novedad y ello se debe a los logros que Andrey Amador ha tenido a nivel internacional.
No obstante, por más pergaminos que tenga este ciclista, hubo dos personas que entendieron lo fuera de lugar de su comportamiento. En efecto, no es raro encontrar padres de familia que ante semejante exabrupto pretenden defender lo indefendible; sin embargo, en este caso, sucedió todo lo contrario y los padres de este deportista tuvieron la sapiencia de hacerle ver que había actuado como un arrogante y que se le habían ido los humos a la cabeza.
La gran lección de este episodio fue ver a los padres de Andrey Amador, haciéndole ver su error y obligándolo a ofrecer disculpas públicas por lo que había hecho. En la actualidad hay padres de familia que si el profesor de primaria o secundaria les dice que su hijo ha actuado incorrectamente, lo que hacen es justificar las conductas equivocadas y reclamarle al profesor por haber tenido la osadía de denunciar a su hijo.
La conducta del padre de familia alcahuete se ha vuelto muy frecuente en nuestros tiempos. Antes cuando el profesor le decía al estudiante que iba a mandar a llamar a su papá o mamá, ello era motivo de preocupación; empero, en la actualidad ello no significa nada para cualquier estudiante, por el contrario, ante la denuncia del profesor, los padres de familia suelen cuestionar la autoridad del docente y se ponen, irresponsablemente, a favor de un hijo que se comporta de manera incorrecta en sociedad.
El padre y la madre de Andrey Amador hicieron lo que debían y ojalá que otros padres de familia aprendan de ellos y se comporten de manera similar. A los hijos se les debe educar para que entiendan que deben comportarse de manera adecuada en sociedad y que los triunfos de la vida no les brinda una patente de corso para comportarse petulantemente; mis respetos para los padres de este ciclista que supieron corregir y hacerle ver a su hijo que la conducta de agrandado no era la que ellos le habían enseñado.
No conozco ni al padre ni a la madre de Andrey Amador, pero la enseñanza que nos han dado a todos los costarricenses no tiene precio. Ojalá que todos los padres de familia entiendan que amor a sus hijos, no es alcahuetear cualquier tipo de conducta que vaya contra las enseñanzas adquiridas en el hogar.
¡En buena hora por los padres de Andrey Amador!

lunes, 12 de diciembre de 2016

La memoria, la historia y los “ismos”

La mayoría de los seres humanos, pareciera, no tienen memoria. Venimos cometiendo las mismas acciones que, el el siglo pasado, llevaron a la humanidad a vivir una serie de calamidades y muerte; y si somos más específicos, tendríamos que preguntarnos: ¿Por qué será que la mayoría de los europeos no aprenden de lo que les ha sucedido a lo largo de su historia?
Nuevamente en aquel continente han comenzado a surgir los diferentes “ismos”, que llevaron a sus países a ser el escenario principal de la Primera y Segunda Guerra Mundial. Ahora se habla de los populismos de derecha y en el pasado proliferaron otros “ismos” como: el liberalismo, el comunismo, el anarquismo, el catolicismo, el protestantismo, el islamismo y el conservadurismo, por mencionar solo algunos de los “ismos” que han acompañado a Europa y a la humanidad a lo largo de su historia.
Muchas personas hablan de los diferentes “ismos” y nunca en la vida se han dignado leer un texto en el que se explica qué significa cada uno de ellos. Me ha tocado escuchar a personajes públicos de allá y de aquí, que no tienen la más mínima idea de lo que están hablando; sin embargo, se presentan ante el gran público como los más insignes expertos en relación con los diferentes “ismos”.
Y es que estamos viviendo una época en que el saber o no saber, pareciera, es irrelevante para la mayoría de las personas. En lugar de ponderarse el conocimiento que pueda tener un individuo, lo que se valora es su capacidad histriónica; es decir, si su imagen puede o no simpatizar a las grandes masas y con base en ello, servir de bocina para vender un discurso que poco importa su contenido y sí sus elementos retóricos.
Todo esto ocurre porque la mayoría de las personas no les interesa aprender de los hechos del pasado. Cualquiera que haya leído, ya no digo estudiado, la forma en que el nacionalsocialismo llegó al poder, no puede sino pensar en los diferentes movimientos de derecha que en el continente europeo han venido ganando espacio político en esos países.
La reflexión histórica personal o colectiva es necesaria para no reincidir en los errores cometidos en el pasado. Una persona que no se preocupa por analizar su pasado, probablemente, volverá a realizar los mismos yerros que le significaron situaciones negativas en su vida; pues bien, lo mismo ocurre con los pueblos de cada país, cuando a sus ciudadanos no se les instruye acerca de su historia, positiva y negativa, corre el peligro de volver a transitar caminos que depararon un retroceso en el desarrollo de esas sociedades.
La historia de los “ismos” también es fundamental para entender las consecuencias que han dejado estas diferentes ideologías en las vidas de las personas. El estudio de estas diferentes perspectivas e ideas, le permite a las personas tener un conocimiento para, por lo menos, no creer irreflexivamente en los cantos de sirena que plantean muchos demagogos que utilizan estos discursos ideológicos; en otras palabras, debemos preocuparnos para que la mayoría de la población tenga acceso a una educación en que la materia histórica tenga el papel preponderante que ha dejado de tener.
En todo caso, de todos los “ismos” el más peligroso es el fanatismo. Y desgraciadamente han ido proliferando los fanáticos y, peor aún, se les ha dado una relevancia que nunca deberían haber tenido. Cuando pienso en esta realidad, se me viene a la cabeza las palabras de uno de los principales filósofos de la Política y el Derecho del siglo XX:
“He aprendido a respetar las ideas, a detenerme ante el secreto de cada conciencia, a comprender antes de discutir y a discutir antes de condenar. Y puesto que estoy en vena de confesiones, hago todavía una, tal vez superflua: detesto a los fanáticos con toda mi alma.” Norberto Bobbio.

lunes, 5 de diciembre de 2016

Luis Alberto Monge: ¡Ojalá su memoria inspire a la muchachada!

La muerte de Luis Alberto Monge Alvarez, prácticamente, constituye el fin de una generación que consiguió transformaciones que impactaron directamente a los sectores menos favorecidos. Al escuchar la noticia de su deceso, era inevitable pensar en los personajes con los que compartió don Luis en su juventud y que, según él mismo había dicho, tuvieron una influencia decisiva en su vida.
Y es que a finales de 1940, el joven Luis Alberto tenía 15 años de edad. Su carácter se fue forjando no tanto en el ámbito académico, sino en el fragor de las batallas cotidianas y con el contacto directo con la gente trabajadora; no obstante, en los siguientes ocho años, el joven Monge iba a curtirse con lo más selecto de la intelectualidad costarricense.
Como él mismo lo dijo, uno de sus grandes maestros fue Rodrigo Facio Brenes. Menos joven que él y con una formación académica más fuerte, el ex-Rector de la Universidad de Costa Rica se convirtió en un referente para aquel muchacho de Palmares y esa influencia, se manifestaría años más tarde durante la Asamblea Nacional Constituyente.
Luis Alberto Monge siempre luchó porque en Costa Rica existiera una mayor equidad social. Fue hijo de la época que le tocó vivir en que el pensamiento dominante era las tesis de la socialdemocracia, la doctrina social de la Iglesia y los planteamientos de los diferentes grupos de izquierda; es decir, bebió de unas ideas que procuraron llevar mayor bienestar al mayor número de la población costarricense.
Fue fundador del verdadero Partido Liberación Nacional. Tal y como lo dijo varias veces, especialmente en los últimos años, él nunca dejó de ser liberacionista; sin embargo, aclaraba que su adhesión imperecedera ha sido para con el Liberación histórico y no al que existe en la actualidad. Se opuso al Liberación Neoliberal, al Liberación del bazucazo.
Se desempeñó en diferentes cargos públicos en el período que va desde 1950 a 1980. Se hizo adulto a la par de figuras como José Figueres Ferrer, Francisco Orlich y Daniel Oduber, por mencionar algunos personajes, vivencia que le permitió tener una comprensión integral de la política nacional; en ese sentido, esa escuela le iba ayudar mucho para leer la realidad en la que le tocó gobernar y salir bien librado de aquel trance difícil de la historia nacional.
El gobierno hecho por Monge entre los años 1982 y 1986, constituyó el final de una forma de gobernar en favor de los grupos menos favorecidos. A pesar de la situación económica que le antecedió, don Luis Alberto logró estabilizar el país y controlar los principales índices económicos que estaban perjudicando a la sociedad costarricense; en otras palabras, este personaje estuvo presente en los principales y mejores momentos de la política costarricense, interactuó con los principales forjadores de la mejor Costa Rica que hemos vivido y no es extraño la desilusión que experimentó en los últimos años.
Quienes han vivido, leído y analizado la historia de Costa Rica de los últimos 30 años, han visto deteriorarse las conquistas sociales que la generación de los cuarenta nos legó. Por eso llama la atención que un grupo de personas que se hacen llamar Generación 70 del Partido Liberación Nacional, digan que don Luis Alberto es su inspiración y mentor; sin embargo, los hechos no respaldan a estos personajes, ya que no han respetado los postulados básicos del Liberación histórico como decía el ex-presidente Monge.
Tanto esa generación como la de los años sesenta, han sido nefastas para la sociedad costarricense. Esta segunda es la de los Arias Sánchez, la de los Rodríguez Echeverría o Laclé Castro; es decir, son los personajes que nos han gobernado en las últimas tres décadas y con los resultados que hemos tenido a nivel de equidad social.
Ojalá la memoria de don Luis Alberto Monge sirva para inspirar a las nuevas generaciones. En lo particular no espero nada, la esperanza es una virtud teologal y mi condición de laico me hace confiar más en la razón; sin embargo, en los tiempos que nos ha tocado vivir, desgraciadamente, lo que impera es la razón de la sin razón.