lunes, 7 de septiembre de 2015

La Selección Nacional de Fútbol: ¿Une o divide al país?

Estamos cerca, otra vez, de las eliminatorias para asistir a la fase final del mundial de fútbol a celebrarse en Rusia. Comienza el circo mediático y los que viven de esto, se frotan las manos ante la demanda desenfrenada de contenidos relacionados con “el equipo de todos”, es decir, se trata del inicio de una época que deja muchos dividendos en diversas actividades de la economía nacional.
También, como ha sido la costumbre, ya ha caído el primer director técnico y ahora comenzamos con un nuevo “proceso”. En lugar de Pablo César Wanchope se ha elegido a Oscar Ramírez y la esperanza es que llegue hasta el final, empero, si hurgamos en la historia de este deporte vamos a observar que las probabilidades de que eso ocurra son remotas.
Y es que, aunque cueste creerlo, hay personas que ponen de por medio sus preferencias particulares en relación con el apoyo a la Selección Nacional de Fútbol. He escuchado costarricenses decir que no apoyan al equipo nacional porque el nuevo director técnico tiene un pasado reciente vinculado a la Liga Deportiva Alajuelense; sin embargo, el señor Ramírez tiene la particularidad de haber sido jugador también del Deportivo Saprissa y asistente técnico en ese mismo equipo de fútbol durante la época en que ese equipo asistió al mundial de clubes en Japón.
No se comprende cómo una persona pueda preferir ir en contra de su propia patria con base en la afinidad particular que tiene con un determinado equipo de fútbol. Lo lógico sería que se apoye la representación nacional y que las disputas entre equipos locales queden en un segundo o tercer plano, sin embargo, esa conducta en contra del interés nacional también se refleja en otras actividades de la vida nacional.
Un país no puede prosperar cuando hay ciudadanos que tienen este tipo de mentalidad. Los costarricenses, desgraciadamente, tenemos un nacionalismo muy erosionado o casi inexistente; en otras palabras, somos contradictorios, creemos que somos un país bendecido por Dios y alardeamos de las bellezas naturales de nuestro país, pero por otro lado solemos ponderar como mejor lo que hacen en otras latitudes y no apoyamos lo nacional frente al extranjero.
Muchos costarricenses, cuando observa lo que le presentan por televisión, piensan que lo producido en otras latitudes es de otro mundo e inalcanzable para nuestras capacidades. Ha esto se une el discurso de muchos comunicadores que consideran que somos inferiores, por ejemplo, a los países europeos; situación que es reproducida por muchas personas no solo en relación con el fútbol, sino también a nivel general como sociedad.
De hecho en algún momento escuché a uno de los directivos que rigen la Federación Costarricense de Fútbol decir que el director técnico de la Selección Nacional de Fútbol debe ser extranjero. Según el razonamiento del señor, la presencia de un nacional en ese puesto divide a los costarricenses, especialmente, si la persona ha militado en alguno de los equipos más populares del país.
Este tipo de mentalidad lo único que hace es limitarnos y condicionar la acción que podemos hacer a nivel individual y colectivo. Cuando se habla de Europa se tiende a olvidar los hechos que a lo largo de la historia han sucedido en los países de ese continente, hay personas que viven añorando los goces de aquellas tierras pero nunca se han dado la tarea de investigar sufrimientos que se han dado en esa parte del mundo.
El director técnico de la Selección Nacional de Fútbol debería ser, siempre, un costarricense. Lo anterior debe ser así, no solo en el ámbito futbolístico sino en otros espacios del quehacer humano; se trata de una forma de entender la pertenencia a un país, estamos hablando de lo más profundo de la identidad nacional y de la conducta que deberíamos tener para con nuestros compatriotas.
Me resulta patético escuchar, de cuando en cuando, a algunos periodistas deportivos que son fieles reproductores de un discurso de inferioridad futbolística permanente. Me da vergüenza ajena saber que ellos consideran a los jugadores ticos incapaces de obtener resultados como los obtenidos en Brasil 2014; por dicha, pareciera que los jugadores con base en sus experiencias en el viejo continente, han sabido entender que aquello solo está en la mente y que se trata de limitaciones ficticias.
Existe algunas personas interesadas, pareciera, en hacernos pensar que somos unos ineptos y que solo en ciertos países pueden hacer las cosas bien. Dichosamente son muchas las personas que no se han creído el cuento y han cogido la sartén por el mango para demostrar, contra viento y marea, que en Costa Rica hay personas que no se creen ese cuento de carácter ideológico.
Nos guste o no el fútbol tiene la característica de llegar a la mayoría de la población. En lugar de dividir, este deporte y sobre todo la Selección Nacional de Fútbol deber servir para unir antes que dividir; dicho en palabras sencillas, sin perder el sentido de la realidad, es necesario que los ticos creamos más en nosotros mismos y descartemos a todo aquel que se crea menos ante los demás ciudadanos del mundo.

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