lunes, 3 de agosto de 2015

75 años de la Universidad de Costa Rica: ¡A celebrar en las calles y con el pueblo!

No voy a realizar el clásico artículo en que se comienza hablando de la Universidad de Santo Tomás, del cierre que hicieron los liberales ticos a finales del siglo XIX y la posterior creación de la Universidad de Costa Rica (UCR) en 1940. Tampoco voy hablar de la reforma universitaria que creó las Humanidades o de aquella otra que desarrolló la estructura de vicerrectorías y potenció, principalmente, la investigación por medio de los estudios de postgrado y la creación de los diferentes institutos y centros que actualmente tiene la UCR.
Creo que cualquier costarricense medianamente informado sabe lo que ha significado este centro de estudios superiores para nuestra sociedad. En el ámbito docente ha formado a profesionales en diferentes ramas del saber, los cuales han pasado a formar los cuadros de profesionales del sector privado y público. En lo que se refiere a la investigación, se han dado multiplicidad de proyectos, en que profesores y estudiantes han logrado resolver problemas o crear nuevo conocimiento para beneficiar e impactar en las más diversas áreas de la sociedad costarricense. La acción social ha sido vital para lograr que muchas comunidades, por ejemplo, por medio del Trabajo Comunal Universitario (TCU) hayan recibido la colaboración en la solución de sus necesidades y así lograr ese vínculo entre el alma mater y los habitantes de este país.
No obstante, como suele suceder, cuando se realizan ese tipo de acciones, se choca con intereses que en lugar de procurar el bienestar del mayor número de personas, buscan satisfacer el interés de un pequeño grupo que aboga por obtener el máximo de beneficio a costa de los demás. El problema es que este tipo de personas son pocas pero han logrado acumular recursos que utilizan para sus propósitos, en cambio, las demás personas son muchas y con recursos atomizados, situación que hace difícil la organización para encauzar a muchos en pos de un objetivo común.
Por eso, en esta ocasión tan especial en que la Universidad de Costa Rica cumple setenta y cinco años, las autoridades universitarias en lugar de realizar la clásica sesión solemne del Consejo Universitario, deberían convocar a todos los que alguna vez han recibido la impronta de la UCR a celebrar su aniversario. Como siempre, habrá gente que va considerar muy peligroso desde el punto de vista político semejante propuesta, porque harán señalamientos en el sentido que si no llega un buen número de personas, ello será una señal de debilidad y falta de apoyo popular.
La Universidad de Costa Rica a lo largo de estos setenta y cinco años ha cambiado la vida de muchas personas, costarricenses y extranjeros. La movilidad social que ha logrado en los sectores menos favorecidos es algo que las personas no olvidan y que agradecen para toda la vida; sin lugar a dudas y si se hace bien, las personas que han podido tener una mejor calidad de vida, ellos y sus familias, acudirían a manifestar su apoyo a la institución que les brindó las herramientas para dar un salto cualitativo en sus vidas.
Hay comunidades enteras que han recibido a los universitarios, es decir, estudiantes, profesores y funcionarios que, de manera conjunta con las pobladores han resuelto los más diversos problemas que les han aquejado. No me cabe la menor duda que esas personas acudirían al llamado de apoyo que haga la Universidad de Costa Rica, porque el pueblo costarricense no olvida y agradece a los que, desinteresadamente, han ayudado a resolver sus problemas.
Existen muchos empresarios, principalmente pequeños y medianos, que han mejorado sus procesos productivos con la ayuda de la UCR. Muchos de los estudiantes de las diferentes disciplinas han llegado a beneficiar a las diferentes empresas y han sido contratados, después de hacer su trabajo final de graduación, debido a que aportó una solución o mejoró el proceso productivo de la empresa agrícola o industrial.
Son más los que quieren y le agradecen a la Universidad de Costa Rica su aporte a la sociedad costarricense. Desgraciadamente hay unos pocos, muy pocos por cierto, que la denigran y que evidencian su mala fe por medio de argumentos falaces; sin embargo, estas personas que encuentran en algunos medios de comunicación una caja de resonancia interesada, no pueden opacar la gratitud de los miles de costarricenses para con una institución que ha sido un faro permanente en la historia contemporánea de nuestro país.
En este mes de agosto, celebremos setenta y cinco años de una institución que solo le ha hecho bien a la sociedad costarricense. Que las autoridades universitarias hagan un llamado a todos los que hemos pasado por sus aulas, a todas las comunidades que han recibido su ayuda, a todos los sectores que han recibido su impacto por medio de proyectos de investigación y acción social; en lugar de la aburrida sesión solemne, endogámica y formal, convoquen a todos los que queremos a la UCR a celebrar los setenta y cinco años. ¡Todos a celebrar en las calles y con el pueblo!

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