lunes, 15 de septiembre de 2014

La realidad de los costarricenses en el extranjero

No se puede negar que el tema del fútbol es de interés de muchas personas. Se trata de un fenómeno social que involucra, además de mucho dinero, aspectos de psicología social, políticos, ideológicos, sociológicos y mediáticos; en otras palabras, es una de las actividades que, querámoslo o no, influye más en el estado de ánimo y en la conciencia colectiva de los pueblos.
En el caso de nuestro país, esos efectos colectivos se pudieron comprobar con el desempeño que tuvo la Selección Nacional de Fútbol en el campeonato mundial de Brasil 2014. La autoestima nacional llegó a niveles nunca antes vistos, la economía del entretenimiento tuvo buenas ganancias y el nombre de Costa Rica fue escuchado, por  primera vez, por muchas personas alrededor del mundo.
Ello se volvió a repetir, tal vez con un poco de menos euforia, cuando uno de los principales clubes del mundo hizo la presentación oficial del portero costarricense Keylor Navas. El despliegue mediático y el protocolo de presentación de jugadores del Real Madrid, está diseñado para que los espectadores del evento queden con la idea de estar presenciando un acto que está más allá de esta tierra.
El método de presentación de los “Galácticos” fue diseñado hace años y ha dado un gran resultado, especialmente, en el ámbito comercial. La mayoría de los costarricenses sintió un orgullo genuino porque uno de sus hijos más queridos, finalmente, se enroló con el club más rico del planeta; sin embargo, las cosas no son tan fantásticas como parecen y a Navas, como a todo costarricense en el extranjero, le está tocando lidiar con una dinámica grupal cargada de prejuicios, relaciones de poder y de múltiples intereses.
Cualquiera que haya salido de Costa Rica habrá experimentado, que una buena cantidad de personas no sabe dónde está ubicado nuestro país. De igual manera, quizás, le ha tocado aclarar que no se trata de una isla del Caribe, que el nombre no es Puerto Rico y  que es una República que está ubicada en el centro del continente americano.
Muchos costarricenses, en especial jugadores de fútbol, no han podido soportar este choque con la realidad. No es fácil estar en un país extraño y sentir que te vuelven a ver por encima del hombro, te desprecian por tu origen y además te consideran inferior por un prejuicio sociocultural; en otras palabras, se trata de un proceso de discriminación que muchos no logran resistir y que algunos terminan achacando a lo que se ha llamado: mal de patria.
El costarricense que va al extranjero debe entender que ha de enfrentarse a este tipo de situaciones. Evidentemente no en todos los casos se presentan las mismas condiciones, empero, es mejor ir preparado para lo peor y no creer que te van a recibir con los brazos abiertos.
Keylor Navas antes de llegar al Real Madrid, dichosamente, ya había enfrentado esa realidad. Como todos sabemos, primero llegó a Albacete y posteriormente fichó con el Levante, así que ha tenido un proceso en el que la adaptación y el “mal de patria” es una prueba superada; empero, le toca ahora enfrentarse a la dinámica de grupo del Real Madrid, situación que no es fácil y ha sido experimentada por otros costarricenses en otras instancias.
Cualquiera que haya estado en un equipo de fútbol, sea de barrio o profesional, sabe que existen dinámicas que van desde la integración plena a la exclusión total. En algunos casos, a los nuevos miembros, el grupo existente los integran plenamente y en otros, puede generarse una exclusión en función de los intereses de las personas con más antigüedad y liderazgo del grupo; dicho de un modo sencillo, si sos una amenaza para uno de los líderes del equipo, el nuevo miembro corre el riesgo de ser segregado y ubicado, como popularmente se dice, en el refrigerador.
No hay que ser muy inteligente para darse cuenta que el portero Keylor Navas está viviendo una situación de este tipo. Su llegada ha implicado una amenaza real a uno de los líderes españoles del Real Madrid, es decir y para que nos entendamos, Casillas junto con Sergio Ramos son los líderes de nacionalidad española de ese equipo, eso lo sabe Carlo Ancelotti y por eso, a pesar del bajo nivel del primero, ha decidido mantenerlo como portero titular.
A la par del liderazgo de los españoles, hay otro liderazgo alrededor de los jugadores extranjeros. En efecto, a la par de los jugadores indicados se yergue el grupo de los que hablan portugués y que es encabezado por Cristiano Ronaldo; a ellos se les une otros extranjeros europeos que requieren generar empatía para ser aceptados dentro de la dinámica grupal o lo que es lo mismo, para no ser objeto de exclusión.
El cuarto grupo es en el que está nuestro compatriota y que los medios de comunicación han llamado: el grupo de los latinoamericanos. No hay que ser muy brillante tampoco, para darse cuenta que dentro de las relaciones de poder al interno del equipo, este grupo es la parte más débil; dicho de otro modo, es más fácil dejar en el banquillo a Navas que a Casillas, ya que la posibilidad de un boicot por parte de los jugadores latinoamericanos es nula.
A esta realidad se está enfrentando Keylor Navas a lo interno del Real Madrid. No es casual que lo hayamos visto en los aviones o en la celebración de la SuperCopa cerca del colombiano James Rodríguez. Los dos comparten situaciones similares de base y en relación con la dinámica grupal que están experimentando frente a los grupos de poder ya constituidos, por ello, tampoco ha sido extraño que hayan integrado a su grupo al nuevo jugador mexicano, aunque ello no varía sustancialmente su situación.
En consecuencia, el que Keylor Navas esté en el banquillo a pesar del bajo nivel de Casillas no es algo fortuito. A lo interno del Real Madrid hay una dinámica grupal de poder que ha impuesto como titular al portero español y eso se lo han hecho saber al director técnico Carlo Ancelotti; en otras palabras, como suele suceder en otros ámbitos de la vida, uno de los grupos con más fuerza (poder) está imponiendo su voluntad aunque ello pueda perjudicar a la colectividad.
No obstante, si los resultados u objetivos no se concretan, ello abre la oportunidad para que los diferentes grupos involucrados impulsen un cambio. En otras palabras, al igual que en la sociedad, si la persona que los grupos de poder apoyan no da resultado, ello permite que se piense en una sustitución para así cambiar la situación imperante.    
Claro está, eso no garantiza la titularidad de Navas para siempre. No sería la primera vez que los miembros de un grupo se ponen de acuerdo para hacer fracasar o para destituir a una persona que no favorece a sus intereses o a los de un miembro de su grupo; ahora bien, en el caso del cancerbero ello es muy peligroso porque atenta directamente contra los resultados del equipo.
Hemos puesto el ejemplo de Navas porque es una persona y una situación conocida, pero a este tipo de situaciones se tienen enfrentar los costarricenses en el extranjero. No solo tenemos que lidiar con los prejuicios socioculturales, sino también con las dinámicas que se dan en los diferentes grupos a los que nos integramos; por eso, es necesario que estemos preparados para enfrentar estos y otros obstáculos que quieran atentar con nuestros objetivos en el extranjero.
El costarricense tiene la capacidad y las herramientas para salir adelante fuera de nuestras fronteras, pero debe entender que las cosas no son como a veces las pensamos. La mayoría de personas en los diferentes países del mundo, tienen ideas inducidas en relación con aquellos que no pertenecen a su nacionalidad y cultura; por ello, se debe estar preparado para enfrentar este tipo de situaciones y no creer en la imagen narcisista que la ideología dominante ha implantado en el imaginario colectivo costarricense.
Creo que la mayoría esperamos que Keylor Navas le vaya bien en el Real Madrid. Hacemos votos, también, para que el obstinado director técnico del Arsenal, le brinde una oportunidad real a Joel Campbell para jugar con ese club inglés; en fin, queremos que todos los jugadores costarricenses les vaya bien donde quiera que estén, sin embargo, esos deseos aplican también para cualquier costarricense que esté fuera de nuestras fronteras.
La realidad de los costarricenses en el extranjero no es fácil. No todos tienen las condiciones de vida de Navas o los otros jugadores de fútbol. Sin embargo, casi todos han de enfrentarse a situaciones que han de ser superadas con mucha actitud, trabajo y deseos de salir adelante; dicho en palabras sencillas, el costarricense tiene la capacidad para triunfar en el extranjero, pero para ello tiene que estar claro que nuestro país no es el ombligo del mundo.

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