lunes, 8 de septiembre de 2014

La falacia del izquierdista

Dentro de las ideas que la Derecha ha posicionado en el imaginario colectivo está, que las personas con ideas de Izquierda, para ser coherentes, no deben tener muchos bienes materiales. En otras palabras, una persona que profese ideas de Izquierda, no debe vivir en una casa nueva, no debe tener un automóvil del año, no debería tener vacaciones en hoteles todo incluido y ejemplos similares.
El gancho de este argumento tiene que ver con lo que comúnmente se denomina autoridad moral. Se afirma que una persona que viva en condiciones como las descritas y que se diga de Izquierda, no tiene autoridad moral; dicho de otro modo, se trata de una persona incoherente, porque su modo de vida no coincide con lo que han posicionado en la cabeza de las personas, a saber: el Izquierdista tiene que vivir en la indigencia para ser coherente.
No obstante, una cosa nada tiene que ver con la otra y ahí es donde está la trampa. Por ejemplo, cuando un borracho nos dice que ingerir alcohol es perjudicial para la salud, hay personas que dicen: ¿Con qué autoridad moral dice usted eso?. En realidad la pregunta que debemos hacernos es: ¿Es verdadero o no que el tomar licor es perjudicial para la salud?
La falta de autoridad moral funciona como una falacia de autoridad al revés. Que el licor es perjudicial para la salud es una verdad que no cambia, independientemente que la diga un borracho o un médico; sin embargo, el ser humano tenderá a creer el argumento que es esgrimido por una persona con autoridad ante la sociedad.
¿Por qué las personas que profesamos ideas de Izquierda debemos vivir mal? ¿Por qué debemos privarnos de tener una buena casa, un carro que no lo deje botado a uno, de disfrutar de unas merecidas vacaciones, en fin, tener una vida decente? ¿Acaso el abogar por una mayor equidad riñe con el hecho de vivir con comodidades y de manera digna?
El engaño que hay detrás de esto es muy sutil y el problema es que las mismas personas que requieren de una mayor equidad, reproducen constantemente la falacia del Izquierdista. Por ejemplo, hay personas que proceden de los estratos más pobres de la sociedad y que debido a las oportunidades del Estado del Bienestar, lograron estudiar y tener una movilidad social que ahora les permite acercarse al ingreso económico de los que más ganan,  sin embargo, en lugar de promoverse que más personas logren alcanzar ese tipo de ingreso, lo que se hace es atacar a esos que han logrado surgir y proponer que se les bajen los salarios.
El salario es el principal mecanismo de distribución de la riqueza. En lugar de que haya salarios deprimidos y que no le permite a las personas vivir dignamente, se debe promover una política de salarios crecientes, principalmente, en el sector privado y para los que menos ganan; empero, la ideología de la Derecha ha conseguido que los propios trabajadores apoyen la reducción de salarios, cuando la acción debería estar encaminada para homologar los salarios hacia arriba y no hacia abajo.
Lo más deprimente es observar a personas que lograron surgir con las oportunidades que les brindó el Estado del Bienestar y luego se han olvidado de su origen. En lugar de promover políticas para generar una mayor equidad y que cada vez hubiera más personas que pudieran tener las mismas oportunidades que ellos tuvieron, lo que han hecho es destruir la obra de nuestros abuelos y poco a poco, han dejado tras de sí, un país depredado para las generaciones que venimos atrás.
El problema no es que quisieran tener una casa nueva, un vehículo nuevo o dinero para viajar, el problema es que no quieren que haya otros que podamos alcanzar esos objetivos materiales. Claro está, nadie está pensando en la opulencia que insulta la racionalidad y que asquea a cualquier persona con un mínimo de conciencia social; no, estamos hablando de que todo ser humano debería tener una oportunidad real de conseguir esos objetivos materiales con su esfuerzo y dedicación.
No caigamos en la falacia del izquierdista y no le hagamos el juego a la Derecha. ¿Por qué ellos pueden tener bienes materiales y los de la Izquierda no pueden hacerlo? Las personas que están en condiciones de pobreza no necesitan de la caridad, sino que necesitan de oportunidades para poder salir adelante; no necesitan de políticas asistencialistas que no permiten la movilidad social, sino que requieren de políticas de promoción social para que con su propio esfuerzo, puedan forjarse un mejor porvenir.
Un Izquierdista puede vivir bien sin ser incoherente con sus ideas como pretende hacer ver la Derecha. Se puede vivir bien sin caer en en la irracionalidad consumista de algunas personas que necesitan sentirse diferentes en función de sus posesiones materiales, es decir, para vivir bien no es necesario incurrir en los excesos de estupidez que, en no pocas ocasiones, se observa entre personas que la fortuna les ha permitido tener un poco de dinero.
Uno de los principales problemas de la Izquierda es haberse creído esta falacia inventada por la Derecha. El problema no es que haya personas que vivan bien, al contrario, el problema es que haya personas que no puedan tener esa misma calidad de vida; en otras palabras, no se trata de bajar a los que tienen al mismo nivel de los que no tienen, sino de subir a los que no tienen al mismo nivel de los que tienen.
En la actualidad hay personas que, despectivamente, consideran que la inequidad en las sociedades es un asunto natural. En las sociedades hay ganadores y perdedores, el más fuerte vence o se aprovecha del más débil, el inteligente tiene que estar por encima del tonto, el solidario siempre va sucumbir frente al egoísta; en fin, se trata de un problema que no tiene una solución clara, es decir, ante esta realidad muchos quisiera la resignación de las personas.
Ese tipo de discursos están basados en engaños, en falacias que no tienen ningún fundamento real. Aspirar a un mundo y a un país más equitativo, no puede estar en función de vivir en la indigencia para que se considere la coherencia de lo que se dice y se hace; en ese sentido, debemos impulsar y no negar, las oportunidades a las personas que vienen atrás.
La equidad debe ser hacia arriba y no hacia abajo. En lugar de reducir el ingreso de las personas, se debe subir los ingresos de los que ganan menos, ahhh, y tengan por seguro que ningún empresario privado va a quebrar; sin embargo, siempre habrá personas que este tipo de cosas les importa un pepino. ¡Qué viva el individualismo, el egoísmo, el consumismo y el hedonismo!
Pero analizándolo bien, un buen consejo es desconfiar de todos los ismos. Además de los mencionados, deberíamos desconfiar de: el liberalismo, el comunismo, el nacionalismo, el localismo, el catolicismo, el protestantismo, el anarquismo, el intelectualismo, el populismo, el socialismo, el eticismo y otros muchos ismos.
Todos los ismos están plagados de falacias, entre esas, la falacia del izquierdista.

Artículo publicado en el diario digital El País.cr, lunes 08 de setiembre de 2014 (233)




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