lunes, 23 de octubre de 2017

¿Y ahora quién podrá defendernos?

El “Cementazo” ha permitido observar una serie de compadrazgos que estaban en el anonimato. Uno puede imaginarse que entre los miembros de diferentes ámbitos de la institucionalidad de la República existen relaciones de interés, sin embargo, era difícil advertir las relaciones de amistad o de complicidad que existían entre diferentes funcionarios públicos.
Y es que, pareciera, se ha perdido el pudor. Ahora esas relaciones impensadas se evidencian por medio de fotografías en que aparecen funcionarios entremezclados, es decir, en la realidad no hay división de poderes o de funciones; al contrario, lo que hay es una fusión que nadie debe cuestionar, porque se desarrolla en el ámbito privado.
Hay fotos en que aparecen mimetizados funcionarios del más alto nivel del Estado costarricense. Por ejemplo, hay una foto en que aparecen el principal indiciado en el caso del “Cementazo”, con miembros de los supremos poderes; evidentemente la foto es reveladora de los lazos que se tejen en las alturas del funcionariado costarricense, allí no hay ideologías sino que todos se unen con base en intereses económicos concretos.
Nada más patético que escuchar el cinismo del que dice ser el líder libertario. Hasta que apareció las diferentes instantáneas se mantuvo callado y hasta que no pudo esconder su vínculo con el dueño del negocio del “Cementazo”, comenzó a decir que esa relación responde a su deseo de romper lo que han denominado el “duopolio” del cemento.
Lo mismo pasó con un Magistrado que ha sido cuestionado desde el momento mismo de su designación. Su falta de prudencia e irrespeto por la Corte Suprema de Justicia es inversamente proporcional a su ignorancia en el ámbito del Derecho y a su carencia en relación con las virtudes mínimas que debe ostentar un juez de la máxima instancia de la administración de justicia costarricense.
No obstante, tanto en la Asamblea Legislativa como en la Corte Suprema de Justicia hay personas que están agachadas mientras se dilapida a los principales chivos expiatorios del momento. En las actividades sociales del “Cementazo” aparecen funcionarios que ahora reniegan de los vínculos que tenían con los principales personajes de esta historia.
Pareciera que en este caso no hay instituciones confiables a las que se puede recurrir. No se puede recurrir al Poder Judicial, porque hay una desconfianza que va desde el Ministerio Público hasta la Corte Suprema Justicia. Las Asamblea Legislativa y su función de control político está total y completamente desprestigiada, situación que se agrava con la poca idoneidad que presentan los que ocupan los puestos de Diputado o Diputada.
La Defensoría de los Habitantes tampoco es una opción confiable. La muchachita que eligieron para desempeñar ese puesto, ha tenido una actuación muy discreta; sin embargo, su imagen y su reputación ha venido a menos desde que apareció en una foto con algunos de los que están involucrados en esta trama del “Cementazo”.
Aquí aplica para Costa Rica aquello que dice: “Ella sola se moría y entre todos la mataban”.

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