lunes, 12 de junio de 2017

Emergencias del Hospital Calderón Guardia: Una réplica que puede ser superflua

La última columna la denomine “¡Qué desgracia caer como asegurado a emergencias del Hospital Calderón Guardia”. No suelo leer y mucho menos contestar lo que suelen comentar las personas que escriben en la sección de comentarios o en el Facebook del país, sin embargo, en esta ocasión sucedió algo que merece ser analizado y que me ha llamado poderosamente la atención.
Las personas que escribieron en la sección de comentarios que este diario digital tiene en cada artículo de opinión, se nota que leyeron el texto y entendieron lo que allí se estaba planteando. En efecto, tuvieron claro que se estaba hablando de la sección de emergencias y no de todo el Hospital Calderón Guardia, eso sin contar la experiencia que algunos de ellos tuvieron en dicho servicio; casi todos los que allí escribieron, son personas que suelen intervenir en este medio y que me merecen el mayor de los respetos porque sus puntos de vista suelen estar bien fundamentados.
Lo contrario sucedió en el Facebook del diario digital El País, salvo excepciones. En ese espacio hubo gente que no leyó la columna y comenzaron a emitir opiniones de todo tipo con base en el título del artículo. Como suele ser lo usual en esa red social, las personas que intervienen emiten comentarios que muestran su falta de lectura, su poca educación (formal y no formal), así como un léxico que deja mucho que desear y evidencia sus carencias para el diálogo civilizado y ponderado.
Ahora bien, sería incorrecto de mí parte generalizar y dar a entender que todos los que allí escribieron tuvieron el mismo comportamiento y discurso. Hubo personas que a pesar de escribir bien y hacer planteamientos interesantes, evidenciaron poco entendimiento en relación con lo que pretendía dar a conocer la columna; vamos a decirlo sin tapujos, el saber leer no solo implica poder decodificar el texto, la parte medular está en comprender lo que el texto intenta transmitir.
En este sentido, quisiera dejar muy claro algunas ideas en relación con lo escrito en la columna anterior de Poliédrica:
1) Como la mayoría de los que escribimos, leemos o solo vemos este diario digital, defiendo a capa y espada la institucionalidad de la seguridad social de Costa Rica y en especial, a la Caja Costarricense del Seguro Social. No obstante, esa defensa implica también asumir una actitud crítica ante las cosas que no están bien y, señoras y señores, la sección de emergencias del Hospital Calderón Guardia es una de ellas.
Entendámonos, el que haya personas que tuvieron la suerte o fortuna de ser bien atendidos, no es eximente de lo que se denuncia en la columna de la semana pasada. No se puede excusar que haya asegurados esperando ser atendidos que, en el mejor de los casos, están en una camilla en un pasillo o en el peor, están en una silla o sillón durante uno o más días. ¡Eso no puede ser! ¿Habrá alguien que quiera justificar semejante barbaridad?
2)   Los que sí leyeron pudieron darse cuenta que cargué la responsabilidad de semejante despropósito a los que administran y gestionan esa sección de emergencias de ese hospital. Indiqué que se trata de personas que, probablemente, no están allí observando lo que pasa y aunque manifesté que los trabajadores (médicos, enfermeros y demás personal sanitario) son víctimas de ese sistema perverso, también les hice la imputación de su responsabilidad al no reivindicar ante la administración, la necesidad de modificar las condiciones en que se trabaja en la sección de emergencias del Hospital Calderón Guardia.
Indiqué: ¿Por qué no hacen una huelga a favor del asegurado para eliminar las condiciones infrahumanas a las que se deben someter las personas en ese servicio? ¿Por qué no se ponen a favor del asegurado y exigen a los administradores, a los tomadores de decisiones, que se creen las condiciones para atender adecuadamente a los pacientes que llegan a ese lugar?
3) Me consta, porque también lo he visto, que si usted es hospitalizado o internado, las personas son atendidas de la mejor manera. Muchas personas suelen plantear que el problema de la atención médica está en la fase previa antes de ser hospitalizado, es decir, las calamidades las vive el asegurado al acudir a la consulta externa o a la sección de emergencias. Insisto los propios empleados y funcionarios deberían exigir cambios a los tomadores de decisiones para que esta situación se modifique y no asumir una conducta de resignación o peor aún, pensar que el asegurado debe soportar estoicamente este tipo de falencias.
Y es que hay funcionarios que no les gusta ser interpelados y cuestionados por muchas de las situaciones que hemos mencionado en esta columna. El problema está en que si los asegurados no nos quejamos por temor a represalias, los funcionarios pueden llegar a creer que todo está bien y más aún, pueden creerlo los tomadores de decisiones; no es quejarse por gusto, hay servicios en el Hospital Calderón Guardia y en otros hospitales que son de la máxima calidad, pero hay otros que dejan mucho que desear. ¡Desgraciadamente esa es una realidad!
4) Finalmente y para no aburrir, los asegurados tenemos nuestra cuota de responsabilidad en el mal servicio que brindan los funcionarios de la Caja Costarricense del Seguro Social. Yo  pude haberme quedado en silencio al observar los acontecimientos que las personas viven en el servicio de emergencias del Hospital Calderón Guardia, sin embargo, decidí describirlo en esta columna porque es necesario develar estas cosas y entre todos tratar de buscar una solución.
Ese día yo no era el enfermo, pero eso poco importa. En cualquier momento puedo ser yo u otra persona y no es conveniente que cualquier asegurado padezca las cosas que allí suceden. La defensa de la Seguridad Social pasa por procurar entre todos mejores servicios y exigir a los que administran que hagan bien su trabajo.
Ello es demasiado importante para pretender que los medios de comunicación hagan por nosotros esta tarea.

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