lunes, 15 de mayo de 2017

La mayoría de los seres humanos no tienen memoria

La mayoría de la gente no tiene memoria. Esa es la conclusión a la que cualquier persona al observar lo que está pasando en este mundo, ya que es lo único que justifica los triunfos de una serie de personajes que vociferan frases que ya han sido pronunciadas en otro momento y que llevaron a las diferentes sociedades a situaciones que luego lamentaron.
Nos toca hablar, en primera instancia, del mundo occidental. Lo más patético es volver la mirada al continente europeo y corroborar, que hay personas dispuestas a seguir las mismas ideas que llevaron a ese continente a una guerra entre 1939 y 1945; pareciera que en esos lugares no les enseñaran historia y que los más jóvenes, no se hubieran enterado nunca lo que les aconteció con sus abuelos.
Resulta asombroso que las ideas de la extrema derecha cuente con personas dispuestas a votar a sus promotores. Desde los países escandinavos hasta los países del sur de europa, se escucha de grupos que abogan por ideas que se creían superadas; no obstante, eso es posible, porque la democracia abre espacios de disenso que son aprovechados por estas personas para difundir su mensaje de odio étnico y de xenofobia.
Las ideas de izquierda, lamentablemente, en la mayoría de los países han sucumbido a la dinámica histórica del lucro y en interés particular. En efecto, no se puede decir que en esas ideas fracasaron en lo económico, en esos países la mayoría de las personas han vivido mejor después de la Segunda Guerra Mundial; sin embargo, como suele suceder, la segunda o tercera generación olvida lo que vivieron sus antepasados y vuelve sobre los mismos vicios que decantaron tragedias como el nazismo, el fascismo y demás ismos.
Como no podía ser de otra forma, el continente americano no ha estado exento de estas tragedias. América ha visto un proceso de desregulación de las actividades financieras y ello llevó a que se diera la crisis de 2008, situación que afectó esencialmente a los que menos tienen. Desgraciadamente, los especuladores financieros también tienen acaparados el poder político e ideológico, situación que les permite manipular a los más débiles de la sociedad.
Así las cosas, lo que tenemos es a una masa inmensa de personas desencantadas y que están dispuestas a creer en discursos demagógicos de derecha y de izquierda. Podemos ver lo que ha pasado en Estados Unidos, México, Costa Rica, Panamá, Colombia y Chile, por mencionar sólo estos, en que el pensamiento neoliberal económico ha hecho de las suyas desde los años ochenta del siglo XX; en contraste, es posible señalar lo acontecido en Nicaragua, Venezuela, Ecuador, Uruguay, Brasil y Argentina, en que las ideas de izquierda tuvieron mayor fortuna pero no mejores resultados.
Lo anterior lo único que nos reafirma es que el ser humano, históricamente, presenta los mismos vicios que lo han llevado a sus peores desgracias. Desde la génesis, el promedio de las personas nos interesa estar bien nosotros y una vez que eso sucede, tal vez, puede ser que nos preocupen los demás; ahora bien, para satisfacer ese interés estamos dispuestos a mentir, engañar y si eso no da resultado, no tenemos el menor escrúpulo en usar la violencia para conseguir satisfacer nuestros intereses.
No lo digo yo, lo han dicho los mayores filósofos políticos de la historia. A lo largo de la historia la mayoría de los seres humanos se han caracterizado por ser: interesados, mentirosos y violentos.
¡Espero que no me salgan con las excepciones de siempre!

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