lunes, 1 de mayo de 2017

La generación de ALCOA ha quedado debiendo

Recientemente se recordó, nuevamente, lo ocurrido en los años setenta con la empresa Aluminum Company of America (ALCOA). Se trata de un hecho que ha sido asociado y ponderado como el logro más importante, quizás el único, de toda una generación.
Como ha sido la tónica durante muchos años, suelen aparecer reseñas sobre aquel hecho en diferentes medios de comunicación. En consecuencia, las personas que dicen haber participado en las diferentes acciones que se desarrollaron en aquel tiempo, escriben artículos de opinión y promueven la difusión de reportajes sobre lo acontecido, sin embargo, nunca he visto a alguno de estos personajes, hacer una evaluación de lo hecho por esa generación en los años posteriores a ALCOA.
No sé por qué, pero tengo la impresión que el saldo sería total y completamente negativo. Desde el punto de vista ideológico ha habido una incoherencia en relación con los valores y principios que decían defender, da la impresión que con el paso de los años los que defendían los principios de igualdad y solidaridad, han terminado abogando por el individualismo y por la desigualdad. Claro está, como suelo decir, salvo excepciones muy específicas.
El balance como generación es, francamente, pobre. Muchos de los que se decían de izquierda en esa época, han accedido a puestos de toma de decisión en las últimas décadas y nos han legado un país más desigual, menos equitativo, a pesar de que ha habido crecimiento económico; de hecho, la mayoría de esos personajes se beneficiaron del modelo que se desarrolló a partir de 1950 y de las bondades del Estado del Bienestar, algunos han dicho que el problema ha sido que se aburguesaron.
Se trata de una generación que en la actualidad gozan de una buena jubilación. El problema, como también he dicho en otras ocasiones, no es que ellos tengan buenas pensiones; el problema es que no han pensado en los que venimos atrás, no realizaron las acciones para que los demás pudieran contar con pensiones similares a las de ellos o por lo menos con pensiones dignas para que podamos afrontar la vejez. ¡Este es solo un ejemplo!
La generación de ALCOA lo que ha hecho es perpetuar aquel recuerdo como una especie de indulgencia ante la incongruencia que han tenido como generación. Si vemos el hecho de manera desapasionada, encontramos que hay luchas similares a las que no se les ha dado la misma relevancia, aunque tuvieron resultados muy parecidos.
Pensemos en lo acontecido con Industrias Infinito. En el caso de ALCOA, la lucha no impidió que los diputados de la época aprobaran el contrato ley, aunque sí se puede pensar que lo actuado en las calles indujo a la empresa de aluminio a desistir de iniciar operaciones en Costa Rica; empero, en el caso de Industrias Infinito, la lucha sí se ganó en el ámbito legal y también en el plano pragmático, sin embargo, este hecho no ha recibido la ponderación histórica que sí ha tenido el ocurrido en la década del setenta del siglo pasado.
Ahora bien, la diferencia es que la generación de ALCOA ya ha mostrado sus “frutos” y las generaciones posteriores apenas están en ese proceso. En efecto, especialmente, las generaciones que lucharon contra la disminución del presupuesto para las universidades públicas en los años 90, la que se opuso al Combo del ICE a inicio de este siglo, los que cuestionaron el tratado de libre comercio con los Estados Unidos en el 2007 o los que han participado contra la empresa Industrias Infinito, por ejemplo, todavía tienen el beneficio de la duda como generación.
No sé ustedes, pero considero que esa generación de ALCOA ha dejado mucho que desear. Son contados aquellos que se mantuvieron coherentes con las ideas de izquierda que sostuvieron en su juventud, la mayoría, sucumbió a las tesis contrarias y en la actualidad hablan de una solidaridad que no han sabido desarrollar con las acciones que han realizado durante todos estos años.
Cuando decimos esto, nadie está pensando en la falacia del izquierdista pregonada por los miembros de la derecha. En efecto, no se trata de regalar todos los bienes y vivir debajo de un puente para ser un izquierdista coherente; no, se trata de haber realizado acciones para procurar una mayor equidad social para que más personas se pudieran beneficiar de las oportunidades de movilidad social que ellos tuvieron.
Ojalá que los miembros de la generación de ALCOA tuvieran la valentía de hacer un balance de su generación, al menos, aquellos que todavía tienen algún sentido de responsabilidad histórica y autocrítica. No quito importancia a aquel hecho histórico, pero quedarse solo en en ese acontecimiento, refleja la pobreza de resultados que puede ofrecer esa generación.

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