lunes, 3 de abril de 2017

La corrupción y la construcción

En la construcción, aparentemente, es donde está el principal foco de corrupción pública y privada, de Costa Rica y otros países. Resulta asombroso las diversas formas en que en ese sector se mueven los dineros para alimentar la corrupción, en otras palabras, se trata de una actividad con un terreno sumamente fértil para circular dineros de diferente procedencia.
Para tratar de sustentar lo que estamos planteando, pareciera conveniente partir de lo específico a lo general. En consecuencia, vamos a partir de lo privado a lo público, de lo más pequeño a lo más grande, para tratar de explicar lo que estamos diciendo; o sea, vamos a seguir una lógica inductiva que puede hacer más comprensible el fenómeno del que estamos hablando..
Pensemos en una persona que quiere construir cualquier cosa, por ejemplo, una casa de interés social. El primer foco en el que usted comienza a percatarse de la corrupción privada es con los materiales, ya que si se va a cualquier lugar que se dedique a la venta de los mismos, uno va encontrar diferentes precios entre un establecimiento y otro, va a darse cuenta que es posible lograr precios más bajos si regatea los precios e incluso, si usted paga en efectivo, tiene acceso a descuentos que no son posibles al pagar con tarjeta de crédito.
No hay que ser muy versado en finanzas para darse cuenta de la especulación exagerada que se da con los materiales de construcción. Los precios están tan inflados que incluso haciendo descuento al cliente, las empresas que se dedican a la distribución de materiales siempre ganan; es decir, el cliente está pagando sobreprecios que rara vez se ajustan a la baja, con lo cual los márgenes de utilidad que están teniendo los depósitos de materiales son altísimos.
No es descabellado pensar que las diferencias entre los precios reales respecto a los precios que se ofrecen al público, constituyen los montos de comisión que se pueden ofrecer a los que favorecen una determinada obra. Y es que la corrupción también se da en el sector privado, especialmente, en empresas cuya casa matriz no está en Costa Rica; dicho de otro modo, a diferencia de lo que se ha hecho creer, la corrupción también está instalada en el muchas empresas del sector privado.
Está claro que esta situación se puede dar con mayor impacto en el sector público. En efecto, es fácil pensar que el favorecimiento de un contrato público de construcción puede generar, entre el precio que ofrece la empresa distribuidora de materiales, el precio que ésta le ofrece a la empresa constructora que se queda con la licitación, así como el costo real de la obra en relación con el ofrecido en la licitación pública, márgenes de especulación más importantes para el pago de favorecimientos.
Hasta aquí estamos hablando únicamente de costos financieros que se pueden manipular a nivel contable, sin embargo, otra cosa son los materiales propiamente dichos. Para que nos entendamos, se pueden ofrecer materiales a un precio como si fueran de primera calidad cuando en realidad son de una calidad inferior; lo anterior implica un nivel de corrupción más sofisticado, ya que la posibilidad de detectar la inferior caridad es más complicado para el contratista y, casi siempre, la mala calidad se evidencia después de realizada la obra.
Estoy seguro que si usted ha llegado a este párrafo estará pensando, principalmente, en las obras viales que se han venido haciendo en las últimas décadas. Todos hemos visto obras que en un lapso de tiempo muy limitado, presentan un deterioro difícil de entender; la mayoría hemos visto que arreglan una calle que uno imagina le ponen asfalto o cemento con una resistencia adecuada para su uso y en poco tiempo está reventada o con huecos.
Se podrían citar múltiples ejemplos que se han dado en lo que llevamos de este siglo XXI, sin embargo, los dos descaros más grandes son la calle que se denomina “Ruta 27” y la que terminaron llamando “Trocha fronteriza” y que oficialmente se le denominó “Ruta Nacional 1856”. ¡Pobre don Juanito Porras!
Como siempre, no puede uno generalizar. Imagino que en ese sector hay gente muy trabajadora y honorable, pero el manejo que uno observa desde lo micro a lo macro, deja serias dudas. Y eso que no estamos aquí analizando las construcciones relacionadas con el lavado de dinero, ya que basta ver ciertos desarrollos para darse cuenta que se tratan de una lavandería a cielo abierto.
Y mientras tanto: Ayer domingo Keylor Navas no jugó porque Zidane le brindó descanso a algunos jugadores que fueron convocados por sus selecciones.

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