lunes, 15 de diciembre de 2014

¿Por qué brincan?: El suelo sigue estando disparejo

Ha sido increíble el berrinche (coraje, enojo grande) de los sectores que desde 1986, han estado acostumbrados a que sus intereses sean los que prevalezcan en la política nacional. Lamentablemente, la mayoría de los medios de comunicación colectiva pertenecen a esos grupos y, como siempre, han hecho todo lo que está en sus manos para desinformar a la población costarricense.
Se han centrado en cuestionar uno de los aspectos de la denominada “Reforma Laboral”, a saber: el tema de la huelga. Como suelen hacer, han montado un discurso en el que presentan una imagen “dantesca” de miles de asegurados moribundos en los hospitales o que todos los ciudadanos seremos víctimas del hampa, debido a que todos los policías de la fuerza pública se van a ir a una huelga indefinida o algo por el estilo.
Como estos señores de la Unión de Cámaras y Asociaciones de la  Empresa Privada (UCCAEP), probablemente, nunca han recibido atención en los hospitales de la Caja Costarricense del Seguro Social, no saben que el problema de atención a los asegurados ya existe. En otras palabras, ya se han dado huelgas y los que no podemos pagar la atención en el CIMA, en la Católica o en la Bíblica, nos hemos quedado sin ser atendidos, sin la cirugía por la que hemos esperado por muchos meses o años, todo ello porque no han habido servicios mínimos de atención.
En los países europeos, los trabajadores pueden ejercer su derecho constitucional a la huelga, siempre y cuando garanticen un mínimo de servicio a la población. Con ello, casualmente, se busca que los ciudadanos no se vean perjudicados por el conflicto que surge entre patronos y trabajadores; es decir, las personas que son ajenas al problema no deben verse perjudicadas y para ello se obliga a las partes en conflicto a garantizar ese mínimo que en la actualidad no existe en nuestro país.
Ese mínimo en los servicios tiene que ser definido y homologado por un juez de la República. En el caso de la salud, se tendrá que establecer la presencia de un número concreto de médicos, enfermeras y demás funcionarios que brindan su trabajo en los diferentes servicios de salud. Tal y como ha estado la situación hasta la actualidad, los trabajadores de la salud se iban a huelga y eso significaba que todos los servicios se paralizaban en su totalidad, ello generaba un perjuicio para el asegurado y éste no tenía opción de ser atendido ante la situación de conflicto entre patrono y trabajador.
A las personas que ahora se desgarran las vestiduras y se oponen a esta nueva legislación laboral, no les ha interesado, ni les interesa, esta realidad del ciudadano que tiene que acudir al servicio público de salud. Al contrario, según sus ideas, entre más se deteriore dicho servicio, más gente irá a los servicios privados y ellos obtendrán más dividendos de sus negocios en el área de la salud.
Tampoco a estos sectores les interesa la seguridad de la población costarricense. No les interesa porque ellos no son objeto de robos en sus casas que, al mejor estilo del medioevo, están rodeadas de murallas como los castillos de los señores feudales; en otras palabras, ellos se mueven en espacios en los que el problema de seguridad no es relevante. ¡Hasta el momento!
Difícilmente hasta ahora, estos señores de la UCAEEP o muchos otros que les hacen la segunda, van a morir por una bala perdida. Los problemas de seguridad pública, de ajusticiamientos, de robos y bajonazos, se dan donde vive el pueblo puro y llano; a estos señores sólo le interesa la seguridad de poder cobrar las grandes sumas establecidas en contratos leoninos con la administración pública, en otras palabras, lo que ellos llaman “seguridad jurídica” es en realidad un argumento que sólo pretende defender sus intereses particulares.
¿Cuál es, entonces, la verdadera razón por la que estos señores están tan molestos? Para contestar a esta pregunta, es necesario hacer el ejercicio de intentar ponerse en los zapatos de estos individuos y, sobre todo, tener en consideración los intereses que ellos defienden y por los que están dispuestos a hacer lo que sea para protegerlos. ¡Lo que sea!
La mayor parte de la ley que fue objeto del levantamiento del veto, tiene que ver con propiciar una mayor celeridad en los procesos judiciales en materia laboral. Hasta este momento y hasta que entre en vigencia la ley, lo que se ha dado es que el trabajador no ha encontrado en el proceso laboral una reparación oportuna ante la violación del patrono de las leyes del trabajo.
Ir a los juzgados o tribunales laborales se convirtió en una situación que, de entrada, estaba a favor de la parte más fuerte de la relación laboral (patrono). Al durar los procesos judiciales años, la parte más débil de la relación (trabajador), no ha visto resarcidos sus derechos oportunamente y si un trabajador no encuentra empleo pronto, termina abandonando el proceso laboral y entonces, la arbitrariedad del patrono terminaba quedando  impune en una buena cantidad de casos.
Digámoslo más claro, en muchos casos, lo que se venía dando es que el patrono cesaba al trabajador sin justa causa y no le pagaba sus derechos laborales. El patrono prefería ir al proceso judicial a sabiendas que, por su duración, había posibilidades que el trabajador desistiera del proceso; mientras tanto, al igual que lo han hecho con las cuotas obreras que no pagan a la CCSS, jinetean el dinero en el mercado financiero, por si eran condenados a pagar los derechos correspondientes si el trabajador llegaba al final con el proceso.
A la par del ejemplo anterior, es posible plantear otros en que la duración del proceso laboral ha estado operando a favor de los patronos. Incumplimiento en el pago de aguinaldo, impago de horas extras, vacaciones no disfrutadas y tampoco canceladas, despido de trabajadoras embarazadas, en fin… no mencionamos aquí los perjuicios en materia de seguro social y de pensiones.
La otra razón por la que los miembros de la UCAEEP y sus cercanos están protestando, reiteramos, no es porque estén preocupados por los asegurados o por la seguridad de la población costarricense, sino que ahora los trabajadores tendrán más posibilidades de organizarse para defenderse de las arbitrariedades que se dan, especialmente, en la empresa privada.
Aparte de lo que hemos dicho en relación con el proceso laboral, esta nueva legislación pretende hacer efectivo el derecho de los trabajadores de organizarse para discutir con el patrono sus necesidades. Históricamente, la forma de organización laboral ha sido la figura del Sindicato y en la mayoría de países del mundo, funciona como un órgano para la negociación de múltiples situaciones con el patrono; sin embargo, en Costa Rica, se ha estigmatizado a esta organización y se ha logrado que muchas personas tengan una actitud de rechazo al mismo.
No niego que hay algunos sindicalistas que le hacen un flaco favor a sus organizaciones, ya que su preparación y discurso no genera confianza en el resto de la población. No obstante, en los últimos tiempos, hemos visto sindicalistas que se han preocupado por estudiar los problemas nacionales y en especial los de la clase trabajadora; en efecto, han salido a la palestra pública con planteamientos serios y bien fundamentados, lo que ha generado una buena impresión en el resto de los actores políticos y en la población costarricense.
El temor de los que alzan la voz y se desgarran las vestiduras es que el trabajador costarricense se pueda organizar, especialmente, en las empresas privadas. Desgraciadamente eso está lejos de suceder, estamos hablando de superar un proceso ideológico de años, en que los patronos han hecho lo que les viene en gana y con el consentimiento de los gobiernos de turno; el ejemplo más patético es lo que sucedió en los últimos años en la Comisión Nacional de Salarios, allí se hacía lo que el sector empresarial decía y se fijaba lo que a ellos les convenía.
En los últimos tiempos han venido, un día sí y otro también, abogando por desaparecer las diferencias que el trabajador costarricense tiene en relación con otros países. El argumento es que la mano de obra costarricense es cara y que eso hace poco competitivas a las empresas nacionales y extranjeras, ergo, lo que están diciendo en realidad es que se deben eliminar los derechos laborales que la legislación costarricense otorga a sus trabajadores. ¡Al buen entendedor, pocas palabras!
La denominada “reforma laboral” no viene a cambiar radicalmente la situación de los trabajadores costarricenses, sin embargo, es un pequeño paso positivo para protegerlo y beneficiarlo. La UCAEEP y los otros grupos que todos conocemos, harán todo lo posible por revertir esta pequeña conquista normativa del sector laboral; ellos son así, no están dispuestos a ceder en nada, aplican la ley del embudo y eso deben tenerlo claro todos aquellos que abogan por una mayor equidad en la sociedad costarricense.
Lamentablemente, la mayoría de los costarricenses no conocen el trasfondo de lo que se está discutiendo. Mientras este artículo intenta aclarar algunos aspectos y evidenciar las otras caras del asunto, los medios de comunicación brindan la versión interesada de los que no desean ningún cambio; mientras que alguna gente, eventualmente, pueda que lea estas líneas en escasos cuatro o cinco minutos, los medios de comunicación pasan todos los días el mensaje de estos grupos y con la ventaja de penetrar en la casa de cada uno de los costarricenses, todos los días y a toda hora. ¡Las inequidades siguen siendo abismales!
En la antigua Roma se dice que para tener al pueblo contento daban: Pan y Circo. Al parecer los romanos eran más benévolos, porque en la actualidad sólo nos dan la parte que está relacionada con el espectáculo; es decir, mientras aquellos planean como echar atrás la reforma laboral, la mayoría del pueblo (trabajadores incluidos) están a la expectativa porque viene: la final del campeonato de fútbol, los toros, la vuelta ciclística, el Chinamo y no sé cuántas más de estas “importantes” actividades.
Como decían en el desaparecido programa “La Patada”: ¡No somos nada!

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