lunes, 29 de agosto de 2016

Insultos 4 x 4: ¿Son necesarios?

Esto de escribir, como otras formas de expresión del ser humano, tiene un componente de azar que no es controlable. A veces un cantautor escribe una canción pensando que no va tener ningún éxito entre el público y resulta que termina siendo una canción exitosa y dándole fama a su creador; sin embargo, en no pocas ocasiones sucede lo contrario, el reconocimiento llega debido a la creación e interpretación de una canción que es considerada mala pero que también es escuchada y valorada por la gente. ¡Algo parecido sucede con la escritura!
La semana pasada publiqué en esta columna un artículo que desde el inicio consideré un tema mundano. Para mi sorpresa, generó una serie de reacciones en la sección de comentarios de la columna y en la página de Facebook de este diario digital; jamás me pasó por la cabeza que el artículo de la semana pasada iba a provocar la cantidad de insultos, descalificaciones y demás epítetos proferidos a través de esas vías de comunicación.
Leyendo muchos de los comentarios me pude percatar que la mayoría apelaban a las falacias ad hominem de siempre. Por ejemplo: 1) Que el autor del artículo es un resentido social. 2) Que es un socialista o comunista. 3) Que es un ignorante respecto a los vehículos cuatro por cuatro. 4) Que es estúpido, imbécil, idiota y un largo etc. 5) Que es …
Llama la atención que muchos comentarios evidenciaban una falta de atención y comprensión al momento de leer el texto. Al respecto, es importante dejar claro lo siguiente:
Los artículos que se publican en la columna Poliédrica son de opinión y por tanto son responsabilidad mía y no de este diario digital. No se trata de ningún artículo informativo elaborado por un periodista y cuyo pago es hecho por el medio de comunicación, en este sentido, hay personas que ni siquiera se percatan de este detalle a la hora de leer lo que se consigna en la columna.
En los artículos de opinión, desgraciadamente, resulta complicado hacer precisiones debido a lo limitado del espacio. Al leer los diferentes comentarios que se vertieron, reconozco (no tengo problema en aceptarlo y decirlo) que el texto del artículo no hizo precisiones necesarias en relación a los vehículos 4 x 4; en otras palabras, metí en un mismo saco a todos los vehículos sin indicar y aclarar que me refería a los autos gigantescos, con una gran cilindrada, con alto consumo de combustible (gasolina o diesel) y cuya presencia en las calles de nuestras ciudades (cabeceras de cantón) es difícil o imposible de justificar.
A partir de esta omisión de mi parte, muchos de los comentarios que se hicieron en relación con el texto del artículo resultan comprensibles. No obstante, lo que no se entiende es las razones que llevan a ciertas personas a utilizar adjetivos ofensivos para expresar sus puntos de vista divergentes; es decir, no hay necesidad de ofender a las otras personas para expresar nuestra opinión contraria a los planteamientos que hacen las personas en un medio de comunicación o en las redes sociales.
Al parecer, lo que más molestó a ciertas personas es haber planteado que la causa del problema podría estar en una necesidad psicológica de aparentar un estatus social que no se tiene. Empero, existen muchos estudios relacionados con esta temática en la que se relaciona el vehículo con el estatus social de las personas y también con sus carencias de personalidad. ¡No hay nada nuevo bajo el sol en relación con este aspecto!
No tengo ningún problema en tolerar la crítica, especialmente, cuando es total y completamente pertinente. La crítica nos ayuda a replantear nuestros pensamientos y criterios, nos obliga a mejorar nuestros argumentos y a cambiarlos cuando la otra persona tiene la razón; ahora bien, la crítica sin fundamento también se examina y sirve para reafirmar las tesis que sostenemos, claro está, hasta que no haya una crítica que nos haga modificar nuestro pensamiento.
Tampoco tengo problema en tolerar los insultos y las ofensas, aunque estoy convencido que los seres humanos no tenemos necesidad de relacionarnos de esa forma. Hay personas que, pareciera, no pueden escribir en las redes sociales sin usar adjetivos ofensivos para con sus semejantes; en otras palabras, son incapaces de externar su disconformidad acudiendo a un léxico que permita un diálogo y no un enfrentamiento con base en un lenguaje soez e irrespetuoso para con los demás.
En síntesis, en lugar de insultos 4 x 4, podríamos utilizar argumentos 4 x4 que nos ayuden a modificar aquellos pensamientos que están errados y a replantear aquellos que tienen debilidades en su construcción. En todo caso, debemos recordar que los primeros no hacen sino reafirmar la famosa sentencia nueve expresada por Nietzsche en el “Crepúsculo de los ídolos”:
“De la escuela de la guerra de la vida. – Lo que no me mata me hace más fuerte”

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